La evolución científica ha hecho que existan varios tipos de inteligencia artificial. Es indudable que en sólo cinco décadas el desarrollo tecnológico alcanzado por la humanidad ha sido realmente impresionante, y esto ha permitido la creación de máquinas cada vez más complejas y especializadas capaces de realizar procesos productivos con altos niveles de eficiencia, lo que ha posibilitado expandir la industria moderna para lograr una producción industrial sin precedentes en la historia.
Estas máquinas inteligentes también se han involucrado de manera exitosa en otras áreas de la vida humana, como la medicina, donde cumplen un papel cada más protagonista en estudios e intervenciones quirúrgicas de altos niveles de complejidad que no serían posibles de realizar sin los asistentes automatizados. Hoy día están al servicio de la humanidad en numerosas aplicaciones una variada gama de robots en la medicina.
Los asistentes de voz para dispositivos inteligentes, sistemas operativos o navegadores como Google y los bots presentes en los videojuegos son también ejemplos de que máquinas con inteligencia artificial cada vez están más presentes en las actividades diarias de las personas, algo que para los niños y los más jóvenes resulta muy natural, tanto que piensan que este tipo de máquinas siempre han estado entre nosotros.
Los avances en la informática, las ciencias computacionales, la nanoelectrónica, así como los avances logrados en las investigaciones sobre los procesos cognitivos del cerebro humano han permitido crear estas máquinas que cumplen funciones específicas; pero también se avanza a pasos agigantados en la creación de máquinas capaces de realizar funciones cognitivas que implican diferentes niveles de complejidad hasta ahora sólo posibles en seres humanos.
Índice de contenidos
¿Podrán aprender las máquinas?
¿Es posible que las máquinas puedan aprender? Una pregunta lanzada hace más de siete décadas por Alan Turing uno de los padres de las ciencias computacionales, y que hoy sigue estando vigente. Es posible que funciones cognitivas complejas como el aprendizaje, el auto reconocimiento como entidad y el reconocimiento de otras entidades, así como la capacidad de abstracción, puedan ser adquiridas por computadoras o robots.
Turing desarrolló un test que se ha convertido en la prueba que debe pasar toda máquina o robot para determinar si posee inteligencia artificial; el test se basa en un interrogador humano que realiza preguntas a dos jugadores anónimos, y que a través de sus respuestas intenta identificar cuál es el humano y cuál es la máquina.
Sí el interrogador no es capaz de discernir entre ambos, la máquina logra superar el test y por tanto se dirá que posee inteligencia (inteligencia artificial). Pero esto abre una nueva interrogante: ¿qué tipo de inteligencia artificial posee? Los investigadores más destacados en este campo hablan de cuatro tipos de Inteligencia Artificial: veamos en detalle cada uno de ellos a continuación.
Máquinas reactivas
Este tipo de máquinas se ubican en el primer nivel en la jerarquía de la Inteligencia Artificial; es decir, son los sistemas más básicos en cuanto a nivel de inteligencia. Poseen una gran habilidad para seleccionar adecuadamente entre miles de millones de posibilidades para dar una respuesta a una situación inmediata que deben enfrentar. AlphaGo y Deep Blue son los ejemplos más representativos de este tipo de inteligencia artificial.
Las máquinas reactivas son lo más parecido a la idea de robot que nos hemos formado los seres humanos en las últimas décadas: una máquina que es capaz de cumplir una determinada tarea de forma eficiente, que además posee la capacidad de percibir su entorno a través de sensores y actuar de acuerdo a las señales que recibe de ellos de forma sistemática y constante.
Veamos por ejemplo a AlphaGo, un sistema informático creado por Google DeepMind que posee inteligencia artificial. Su función es jugar a Go, un juego asiático tradicional; en 2015 AlphaGo logró la hazaña de derrotar a un jugador profesional en un tablero de 19 x 19 sin utilizar fichas de ventaja (handicap): su contendiente era el reconocido jugador Fan Hui, y la serie terminó 3-2 a favor de AlphaGo.
En 2016 esta máquina dotada con inteligencia artificial logró derrotar a Lee Sedol, considerado uno de los mejores jugadores de Go en el mundo entero: esto le permitió entrar en el ranking mundial de este juego y obtener un galardón de la Asociación Coreana de Baduk.
AlphaGo, así como Deep Blue, la máquina que derrotó al campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov, poseen inteligencia reactiva, pero no tienen la capacidad para entender su entorno más allá de las tareas o funciones específicas para las que fueron diseñadas: por tanto siempre se comportarán de igual forma ante una determinada situación.
Además no poseen una memoria que les permita guardar sus experiencias vividas, de las cuales puedan obtener información que les sirva para dar una respuesta a una situación similar a las ya vividas; es decir, no pueden utilizar su experiencia para modificar su conducta.
Máquinas con memoria limitada
La memoria limitada es un tipo de IA que permite a las máquinas dotadas con ella conservar una inmensa cantidad de datos que pueden utilizar para tomar decisiones acertadas ante una situación determinada; esto les permite interactuar de forma parcial con la realidad que se vive en su entorno. Esta característica las ubica en un nivel de inteligencia superior que las máquinas reactivas.
No obstante, aunque su nivel de inteligencia les permite comprender el entorno en que se desenvuelven y para el que han sido programadas como un universo complejo, su memoria es a corto plazo y no tienen la capacidad de almacenar las experiencias vividas para aprender de ellas y dar una respuesta más eficiente ante una situación similar a otra vivida, algo básico en el proceso cognitivo de los seres humanos.
Un ejemplo de este tipo de inteligencia son los vehículos autónomos, que actualmente se prueban de forma exitosa en diversos lugares: la memoria de estas máquinas permite almacenar una variada gama de datos como el tipo de vía, las condiciones del terreno, las curvas, la velocidad, las señales viales y los semáforos, así como el comportamiento de los demás coches que circulan por la vía.
El piloto automático, utilizando algoritmos muy avanzados, puede decidir de acuerdo a los parámetros obtenidos y analizados cuál es la ruta más eficiente y la velocidad a que puede desplazarse el coche; sin embargo, no tiene la capacidad de aprender de las experiencias que vive en este entorno, para luego aplicar este conocimiento en una situación específica.
Máquinas con capacidad para comprender la teoría de la mente
La mente humana, vista desde la psicología, representa un nivel de consciencia que permite reconocer la existencia de otros seres o entidades, entendiéndolos como seres que tienen su propio pensamiento y forma de actuar. Los seres humanos y los animales poseemos emociones y sentimientos que influyen en nosotros y pueden alterar nuestro comportamiento ante una determinada situación.
Los investigadores de Inteligencia Artificial piensan que será posible, al menos en un futuro cercano, dotar a las máquinas con esta capacidad. Este campo que se conoce como teoría de la mente y se ubica en el tercer nivel de jerarquía de la Inteligencia Artificial.
Las máquinas y robots dotados de este tipo de inteligencia artificial serían capaces de evaluar a cualquier ser vivo (personas o animales) o inanimado en un ambiente o entorno complejo para el cual han sido programados; esta característica marcará una diferencia notable con las máquinas hasta hoy construidas.
Las máquinas con capacidad para comprender la teoría de la mente serán capaces de entender los sentimientos de los seres que se encuentran en su entorno. Además, serán capaces de expresar sus propios sentimientos y emociones.
Máquinas con conciencia de sí mismas
Se trata del cuarto nivel en la jerarquía de la Inteligencia Artificial. Vale mencionar que como en el nivel anterior, aún no se han podido crear máquinas con este nivel de inteligencia, sin embargo los investigadores de IA piensan que es posible crearlas en un futuro no tan lejano.
A pesar de los avances en el campo de la psicología los estudiosos afirman que aún no se posee un conocimiento pleno sobre cómo funciona la conciencia, una característica presente en la mente humana y que nos separa del resto de seres vivos; sin embargo, será necesario comprender estos procesos para que puedan ser programados en una máquina: algo que por supuesto es sumamente complejo y que aun con el desarrollo tecnológico actual es sumamente difícil de emular.
Los conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro humano son aún muy básicos, así como insuficientes para acometer la tarea de crear máquinas que tengan conciencia de sí mismas como entidades autónomas. Sin embargo los especialistas en Inteligencia Artificial están convencidos de que la humanidad en un futuro no tan lejano será capaz de alcanzar ese conocimiento, lo que permitirá la creación de máquinas con este tipo de inteligencia que hasta ahora sólo es posible ver en libros de ciencia ficción y en películas.
Aunque este sea uno de los tipos de inteligencia artificial que parecen más fantasiosos, hay que preguntarse si hace tan sólo cuarenta años era posible vislumbrar el desarrollo tecnológico actual: por entonces un smartphone, un robot industrial o un ordenador portátil -algo tan común hoy día- eran algo que pertenecía al mundo de la ciencia ficción. Esto nos tiene que llevar a considerar que la inteligencia artificial, en todos sus niveles, puede ser una realidad para las próximas generaciones.